jueves, 16 de octubre de 2008

Hasta siempre, Alton

Echando la vista atrás unos días, apenas puedo aun creérmelo. Como amante de la música jamaicana es una de las noticias más tristes que he recibido nunca. Sí, no es el primer artista antillano que fallece, pero por alguna razón ha sido el que más hondo me ha llegado. No lo podía creer, Alton Ellis había muerto, el cáncer se lo había llevado, como a tantos otros grandes, Jackie Mittoo, incluso al mismo Marley... Había ganado la primera batalla a principios de año, pero no pudo ganar la guerra.

Alton Ellis fue para mi uno de esos artistas que descubres poco a poco, no fue ningún flechazo, pero cuando me quise dar cuenta, era una de las piedras angulares entre mis discos predilectos. Cálido, elegante, todo eso que dicen que tiene el rocksteady salía de su garganta con una facilidad pasmosa, hechizante... de mi cabeza sólo salen adjetivos para alabar al que para mi ha sido uno de los más grandes de todos los tiempos. Y de sus directos, qué decir de sus directos. Todos a los que tuve la enorme suerte e inmenso placer de asistir, los tengo guardados como unos de los mejores momentos que haya pasado nunca. Era capaz de llenar todo el escenario sólo con su sombrero y su voz, a ritmo de rocksteady, con una enorme sonrisa en la boca, disfrutando él más que todos los asistentes juntos, y yo con él. Sí, Alton conseguía esa complicidad con su público, que te hacía pensar que estaba ahí subido sólo para ti.

Apenas hace año y medio desde el último directo suyo al que asistí, en Getxo. Aquella noche fue memorable, me pasé casi dos horas subido en una valla, en primera fila, chillando los temas como un poseso como un hooligan cualquiera, gritando piropos varios entre tema y tema -Alton, you're greater than greatest, y cosas así-, sacándole más de una sonrisa cómplice. Sonrisas que si aquel día tenían valor para mí, hoy valen oro. Aquella sofocante noche de verano me dejé la voz y el corazón, igual que Alton.

Pero se ha ido. Ya no está. El más grande ha dejado un hueco tan enorme como él. Dicen que siempre nos quedarán sus discos, sus actuaciones, su recuerdo. Pero eso no llenará nunca el vacío que ha dejado en un escenario. Ni el que ha dejado en mi mismo. Hasta siempre, Alton. Te echare de menos.



"Me has hecho tan feliz"

jueves, 25 de septiembre de 2008

The Aggrolites en Madrid: Crónica de una conga anunciada

Que la que se iba a liar en Gruta 77 los pasados 21 y 22 de Septiembre con el doblete de Aggrolites iba a ser parda, lo sabíamos todos. Lo que no podía imaginar es que llegaría a la conclusión de que mientras más veo a estos californianos, más devoto me hago de ellos. Pero así fue.

Es muy complejo comentar un directo de una banda sin caer en los más que manidos tópicos y frases de siempre, lo único que puedo contar con el corazón en la mano es que Jesse Wagner y sus muchachos no defraudaron en ningún momento. Las teclas de Roger Rivas cada día cobran más y más protagonismo, volviendo locos a los enfermos del sonido hammond más rompedor de oídos, entre los que me incluyo. Mención especial para el nuevo bajista de la banda, Jeff Roffredo, procedente de Tiger Army, que además de gran bajista, habla castellano perfectamente, y se metió al Gruta en el bolsillo en un santiamén.

El set para ambos días fue bastante similar, y aunque se echaron de menos clásicos de la banda como "Pop the trunk", los que asistimos a la segunda fecha pudimos disfrutar de inéditos en la primera, como fueron "Reggae from the ghetto", que ya es un imprescindible de sus directos, y el despiporre final de traca valenciana que fue "Banana", en el que el propio Brian Dixon acabó arrancando de cuajo las cuerdas de su guitarra.

En definitiva, uno de esos para recordar y decir aquello de "yo estuve alli" a tus nietos, y en nuestro caso, contar a todo ser humano conocido como Jesse Wagner lució en el cuello de su camisa una reluciente chapa de Red Mussel Crew durante todo el show del lunes. ¡Y que orgullosos estamos!




Os dejamos con un par de grabaciones de lo que fueron ambos dias:

Burning Bush (Domingo)


Free Time (Domingo)


Banana (Lunes)

martes, 17 de junio de 2008

Sensual inocencia: Susan Cadogan


Con una voz delicada, entre la inocencia y la sensualidad, la voz de Susan Cadogan es la expresión perfecta del Lovers’ Rock.

Sorprendentemente, nunca pretendió cantar profesionalmente, y aunque su carrera musical ha sido esporádica, tan grande es su talento que Cadogan fue coronada la Reina del Lovers.

Alison Anne Cadogan, nacida un 2 de Noviembre de 1951 en Kingston, provenía de una familia de músicos en la que su madre editó algunos discos de gospel durante su infancia. La familia emigró a Belice (!) a mediados de los años cincuenta, pero volvió a Jamaica a finales de la década, donde Cadogan continuó sus estudios.

Después de graduarse, encontró trabajo como bibliotecaria de la Universidad de las Indias Occidentales, en Mona. Y allí se habría quedado si no llega a ser por DJ Jerry Lewis –curioso nombre-, el novio de una de las amigas de Cadogan. Impresionado por su voz, Lewis la llevó al JBC Studio en 1974 para grabar un tema propio, “Love My Life”, que él mismo produjo.
Casualmente, Lee Perry estaba en JBC ese mismo día y quedó tan impresionado como Lewis. Perry rápidamente la acogió bajo sus alas, le dio el nombre de Susan y la llevó a su estudio, donde grabó un álbum de versiones. Aunque Perry es un gran productor, su estilo un tanto experimental podía en ocasiones eclipsar a sus artistas, mientras que unos arreglos de un reggae más “genérico” encajarían perfectamente con unos solistas más encaminados al soul.

Sin embargo, Perry consiguió que Cadogan se sintiera orgullosa del resultado, reprimiendo los impulsos del “Scratch” más científico del reggae. El primer fruto de estas sesiones fueron el irrepetible “Hurts So Good”, una revisión del clasico de soul de Millie Jackson. Aunque el single, editado en el propio sello de Perry, incluya a músicos de la talla de Zap Pow (la banda comandada por Beres Hammond) o Boris Gardiner, apenas consiguió atraer la atención en Jamaica, algo totalmente distinto de lo que ocurrió en Inglaterra.

Después de dominar por completo el carnaval de Notting Hill de 1974, un nuevo remix del tema ascendió rápidamente a lo alto de las listas. Este éxito hizo que el sello Magnet pusiera los ojos en el single, empezó a editarlo bajo licencia y ese mismo mes de Marzo, estaba entre los cinco primeros del listado ingles. Susan rápidamente viajó a Londres, donde haría varias apariciones en televisión. Al mismo tiempo, la cantante llegó a un acuerdo con Magnet, teniendo Perry que licenciar todas sus grabaciones con Cadogan a pequeños subsellos ingleses. Increíblemente, ninguno de estos singles consiguió alcanzar las listas.

Sin embargo en 1976 Perry dejaría todas las grabaciones de Cadogan en manos de Trojan Records, que las reuniría en el sublime larga duración “Hurts So Good”.
Al mismo tiempo, la propia cantante estaba en estudio grabando lo que serian “Love Me Baby”, que llegó al top 25 en la primavera de 1975, y “How Do You Feel The Morning After”, que nunca alcanzó las listas. La respuesta al álbum “Doing It Her Way”, que salió editado ese mismo año, fue desconcertante, aunque no sorprendió.

El roots comenzaba a mandar en Inglaterra y la elección de temas “ligeros” para el álbum, como por ejemplo “Swinging On A Star”, ofendió a los seguidores del reggae y tampoco supo conectar con los fans del pop. Cadogan permaneció en Inglaterra hasta 1977 cuando, tras editar algunos singles sin apenas éxito, decidió volver a Jamaica, donde recuperó su antiguo empleo como bibliotecaria. Entonces, en 1982, volvió con fuerza a los listados jamaicanos con una versión del clásico de Smokey Robinson “Tracks On My Tears”.

Desde algunos años atrás, muchos de los habitantes de la isla habían crecido con el roots y su temática social. Este estilo había empezado a fatigar a muchos oyentes habituales y comenzaban a pedir un cambio y, como resultado un nuevo estilo, nació el Lovers Rock. Romántico, suave, sensual, era perfecto para el estilo vocal de Cadogan.

Durante el par de años siguientes, el nombre de Cadogan aparecía en las listas a lo ancho y largo de la isla. A “Tracks On My Tears” le siguieron dos éxitos más en 1982, “Piece Of My Heart” y “Love Me”. Consiguió alcanzar lo más alto de la lista con un exquisito dúo con Ruddy Thomás, “(Yoy Know How To Make Me) Feel So Good”. La pareja repitió con otro exitazo, “Only Heaven Can Wait”.

En 1984, esta vez en solitario, consiguió de nuevo llegar al top chart jamaicano con dos nuevos éxitos, “’Cause You Love Me” y “Don’t Know Why”. Entonces, de la misma forma que apareció, Cadogan se desvaneció, dejando la industria musical por completo. Casi una década después reapareció, esta vez de la mano del productor ingles Neil Fraser, más conocido como Mad Professor.

En 1992, la increíble versión de Cadogan de “Together We Are Beautiful” fue incluida en la recopilación del decimosegundo aniversario del sello de Mad Professor, Ariwa. Al igual que Perry, el productor inglés dejo a un lado sus excentricidades para conseguir el mejor en el álbum de 1992 de Susan, “Soulful Reggae”, repleto de versiones que muestran todo el potencial vocal de la solista. El año siguiente, 1993, grabó otro tema para un recopilatorio de Ariwa, “This Is Lovers Reggae Vol.3”, en el que se unió al legendario U-Roy para realizar una versión de su antiguo hit “Hurts So Good”.

En 1995, el cantante ingles Jimmy Sommerville, fundador de bandas como Bronski Beat o The Communards durante los años 80, retomó el hit de Cadogan y lo llevo una vez más a lo más alto de las listas inglesas. Ese mismo año Susan editó un nuevo álbum, “Chemistry of Love”, para volver poco después a su puesto de bibliotecaria, retirada que “a priori” era definitiva. Pero tampoco lo fue esta vez, ya que en 1998 volvió al estudio junto a Ruddy Thomas para grabar en Creole Records de la mano de Bruce White “Stealing Love”. Este álbum se editó finalmente por el sello Rhino y combinaba tanto duetos con White como temas de ambos en solitario. También ese año Cadogan grabó “As Tears Go By”, versión de los Rolling Stones para un recopilatorio en Macady Rcds.

En 2003 Cadogan y el gran productor, músico y teclista Glen Adams volvieron a unir sus talentos de la forma más casual. Se conocían de los tiempos del estudio Black Ark de Lee Perry y ambos fueron invitados a la archiconocida gira europea de The Slackers aquel mismo año. Por treinta y cuatro ciudades a lo largo y ancho del continente –exceptuando, entre otros, España- Susan fue reverenciada una y otra vez por tener “la voz más sexy del reggae”. Ovación cerrada, que también recibió cuando fue cabeza de cartel en el “Lee Perry’s Meltdown Festival” en Londres, en Junio de 2003.

En febrero de 2004, Glen Adams editó “Sincerely...Susan”, una recopilación de antiguos temás de Cadogan durante su etapa en el Black Ark. Este álbum demuestra que el paso de los años solo ha influido en la voz de Susan para bien, haciéndola cada día más suave y melódica. Una voz, que unida a las sabias manos de Perry, dan como resultado un álbum que roza la perfección. Como dicen los ancianos en Jamaica, todo debe partir de “Scratch”. Y Susan lo hizo.

lunes, 14 de abril de 2008

Edward Seaga; Música, política y violencia.


Con menos de un diez por ciento del total de población, la minoría blanca siempre ha dominado Jamaica a nivel político y económico. Desde tiempos coloniales, pero también una vez conseguida la independencia de la metrópoli británica, unas pocas familias han decidido los destinos del resto de la población. Una de esas familias lleva el apellido Seaga. De origen libanés, se instalaron en Kingston donde prosperan económica y socialmente. Así, cuando nace Edward un 28 de mayo de 1930, la familia vive en una zona acomodada de la capital. Recibe educación clásica al estilo británico en el Wolmer’s Boys’ School para ser posteriormente admitido en la prestigiosa universidad estadounidense Harvard. En 1952 se gradúa en Ciencias Sociales.

De vuelta en Jamaica, va a compaginar sus dos grandes pasiones, la música y la política. Nadie mejor que él mismo para explicar cómo se gestó su incursión en el mundo del vinilo. En una entrevista con Aad van der Hoek en 1995, explicaba:

“Entre 1952 y 1955 realicé algunos trabajos de campo bajo la supervisión del Instituto de Integración Económica y Social. Uno de ellos consistía en producir tres álbumes de motivo cultural: ‘Folk Music In Jamaica’, ‘Frats Quintet’ y ‘The Silver Sead Calypso Band’. Tuvieron notable éxito así que me propusieron producir otras canciones de música popular jamaicana, y así es como me introduje en el negocio de la música”.

Seaga creó en el número 13 de Bell Road, Kingston, una planta de producción discográfica, que incluía salas de grabación y de prensado. Había nacido la West Indies Recording Limited, o lo que es lo mismo, WIRL Records. Corría el año 1958. Se convirtió en representante de las empresas discográficas norteamericanas (Atlantic, Columbia, Imperial...), y como no, produjo música autóctona, escrita y grabada por y para los jamaicanos. El primer éxito en este apartado fue “Oh May Oh” de Higgs & Wilson.

Rápidamente comenzaron a grabar grandes nombres de la música jamaicana. Eric ‘Monty’ Morris grabó en 1964 el clásico “Sammy Dead”, con los Dragonaires en los instrumentos. Un gran éxito que lo catapultó hacia la muestra mundial de cantantes celebrada en Nueva York en agosto de ese mismo año. De este modo la música jamaicana se daba a conocer internacionalmente, antes de Millie, antes de Desmond Dekker, mucho antes de Bob Marley.

La preferencia de Seaga por los músicos de lo que él llamaba ‘Folk Jamaicano’ se refleja en sus producciones a Llans Thelwell y a Lord Jellicoe. El primero, junto a sus inseparables Celestials, tenía amplia experiencia en hoteles, compitiendo con bandas como la de Carlos Malcolm, la de Byron Lee o la de Lynn Taitt. Tocaban un gran abanico de estilos musicales, desde calypso a rhythm and blues, y también la fiebre del momento, el ska. Por su parte, Jellicoe era una figura consagrada en el calypso cuando grabó para WIRL, en junio de 1966, ‘Lord Jellicoe At The Sheraton’. Un LP mítico, con doce temas del tamaño de “Island In The Sun”, “Shame And Scandal”, “Wings Of A Dove” o “Big Bamboo”.



WIRL también grabó con grandes vocalistas como Roy Shirley (“Give Me Back My Diamond Ring”, 1965). No dio el fruto esperado, pero dejo constancia de su gran voz, con la que triunfaría unos años después con “Hold Them”, o con los Uniques. Otros talentosos que pasaron por el 13 de Bell Road fueron Lloyd & Glen, Winston Francis, Lord Comic (que para muchos es el primer deejay jamaicano) o Davis Isaacs. Pero si hay que resaltar un nombre, en seguida surge el de Byron Lee. Todo un genio musical, cuyas composiciones musicales de ska rivalizaron con las de los mismísimos Skatalites a mediados los sesenta. Grabó uno de los primeros hits de WIRL; “Dumplings”. Otras canciones suyas, como “Frankenstein Ska” o “Joyride” desgastaban tanta suela como los mayores éxitos de los genios de Alpha Boys.

Retomando la vida de Seaga, hay que decir que no produjo directamente la mayoría de estos éxitos, puesto que en 1962 fue elegido Senador por el distrito de Kingston Oeste. Seaga había entrado en política en 1959 cuando Sir Alexander Bustamante, fundador del partido laborista jamaicano (JLP), lo puso a trabajar con él en el Senado jamaicano, en asuntos judiciales. Sus obligaciones políticas le obligaron a delegar el trabajo de WIRL en George Benson. De todos modos siempre estuvo cerca del estudio, supervisando, colaborando, o disfrutando de las grabaciones.

En 1963 es elegido Ministro de Desarrollo, cartera de capital importancia en un país con las deficiencias sociales de Jamaica, en los sesenta y ahora. Una de sus primeras actuaciones como tal fue crear el Jamaican Festival Competition, donde había varias competiciones culturales de diversa índole, como el Festival Song Competition o el Pop ‘N’ Mento Contest. La idea era llevar la cultura rural y popular al conjunto de la sociedad jamaicana, preservándola y dotándola de cierto prestigio. Se celebró en Tivoli Gardens (Kingston) y participaron las estrellas del momento: Jimmy Cliff, Marcia Griffiths, Toots & The Maytals, Ken Boothe, Slim Smith, Stranger Cole, Prince Buster... Otra actuación de Seaga fue contratar bailarines para que fueran a los clubes a enseñar a la gente cómo se bailaba el ska.

El trabajo en WIRL continuó hasta que un incendio en 1968 devastó el local. Byron Lee decidió reconstruirlo, así que se lo compró a Seaga. En mayo de 1969 el local se convirtió en centro de operaciones de Dynamic Sounds. Byron dijo de Seaga: “Era el mejor productor que jamás tuve. ¡Siempre pagaba!”.

Una vez abandonada la primera fila musical, aunque colaborando activamente en la promoción de la cultura popular, se centró en su carrera política. En 1974 fue elegido líder del JLP. Una época convulsa en la que los grandes partidos del país, laboristas y socialistas del Partido Nacional del Pueblo (PNP) resolvían sus disputas a tiros por las calles y pueblos de Jamaica. Cada periodo electoral se transformaba en una sangría inagotable, sobre todo desde que en 1972 se hiciera con el poder el socialista Michael Manley.

En 1976, un grupo de músicos liderados por Bob Marley, decidieron hacer algo para restaurar la paz social. Su proyecto era un macroconcierto llamado ‘Smile Jamaica’, que se fijó para el 6 de diciembre en el National Heroes Park de la capital jamaicana. Surgieron en seguida voces de protesta y acusaciones de colaboracionismo entre Marley y el PNP. El vocalista de los Wailers le debía un favor al Ministro de Vivienda del PNP por la concesión de éste de una vivienda para su esposa Rita y sus hijos en la localidad de Bull Bay. Marley continuó con el proyecto, rechazando las acusaciones y reafirmando sus intenciones de paz y unidad. No debió convencer a los simpatizantes del JLP, pues pocos días antes del evento, unos individuos entraron en la finca de Bob Marley y dispararon contra él y contra su manager, y contra Rita y varios amigos cuando trataban de escapar en coche. Milagrosamente, nadie resultó herido, aunque todos debieron pasar por el hospital. El asalto fue atribuido a órdenes directas de Seaga, e incluso se señaló la autoría de miembros de la CIA (opción nada descabellada dados los precedentes en Panamá o en Cuba). No se pudo demostrar nada. Pero tampoco detuvieron el concierto. Marley, que creía haber sido salvado por gracia divina estaba dispuesto a tocar. Sin embargo otros artistas se cayeron del cartel. Bunny Wailer y Peter Tosh se negaron a participar pos las implicaciones políticas del evento. Tosh declaró: “Yo no quiero paz, quiero justicia”. También Third World tuvo que sustituir a Burning Spear. Al final del concierto, Marley bailó una danza tribal etíope y mostró al público sus heridas. No hubo incidentes. La música se imponía a la violencia, por una vez.

El episodio lo zanjó el propio Bob Marley en 1978 forzando un saludo en pleno escenario entre Edward Seaga y Michael Manley.

En 1980, los laboristas barrieron en las elecciones a la presidencia, con lo que Seaga iniciaba un mandato ininterrumpido de nueve años. Una vez terminado este periodo, se apartó del primer plano político, dedicándose a retomar sus actividades en diversas organizaciones económicas y de desarrollo.

Hoy día vive una vejez tranquila, jugando tenis y criquet, pero sobre todo entregado a dos pasiones. Una nueva, la botánica, y otra de siempre, la música. Es uno de los mayores coleccionistas de música popular jamaicana.

viernes, 29 de febrero de 2008

Reggae Recipe: Giuliano Palma & The Bluebeaters - Boogaloo


Ingredientes: Lo mejor de la alacena de tus vecinos, ska elegante, spaghetti y un poco de reggae.


Que una buena versión tiene muchas papeletas para convertirse en un rompepistas -sobre todo si está bien hecha- es algo que prácticamente todos sabemos. Pues bien, Palma y sus Bluebeaters han encontrado el secreto de esta receta y desde 1999 fabrican covers y covers de una calidad impresionante sin apenas despeinarse.

Su último album, "Boogaloo", vio la luz a finales del año pasado, y desde el primer día se ha convertido en un imprescindible de cualquier colección que se precie e indiscutiblemente ha de estar en toda allnighter en la que la conga reine por doquier. Este nuevo trabajo se aleja del toque rocanrolero del anterior, "Long Playing", para arropar ritmos más calmados y cercanos al pop de toda la vida, lo que lo convierte en un disco muy recomendable para neófitos por lo sencillo de su escucha, pero sin perder esa frescura y esa genialidad a la hora de escoger los temas que serán versionados, desde el northern soul más bailongo hasta el reggae más clásico pasando por hits de los 40 principales. Y es que The Bluebeaters son una banda de covers, esto es, todos los temas del disco son versiones adaptadas a eso que se etiqueta normalmente como "ritmos jamaicanos". El secreto de su éxito radica más que probablemente en el hecho de que al adaptar los temas respetan y conservan la instrumentacion y los arreglos originales, con lo que el sonido general del tema permanece fiel al original, es reconocible desde los primeros compases.

En definitiva, con "Boogaloo" Giuliano Palma & The Bluebeaters dan una vuelta de tuerca más a la fórmula que les ha llevado al éxito - y en Italia incluso a la MTV-, fórmula que funciona increiblemente bien pero que por el contrario es posible que acabe con la banda el día que no haya forma de explotar más el filón de las versiones.

martes, 26 de febrero de 2008

Ken Boothe, voz de plata


Como muchos de los mejores artistas de Jamaica, incluyendo Toots & The Maytals, Bob Marley & The Wailers, Delroy Wilson y docenas mas, Ken Boothe se hizo un nombre en Studio One. Los temas que grabó para C.S. “Coxsone” Dodd sentaron la base de un estilo y una carrera. Están entre los temas que esperas escuchar cuando lo ves en concierto.
Ken Boothe nació en Kingston un 22 de marzo de 1946 y creció escuchando gospel. “¿Has oído hablar de Stranger Cole?” cuenta Ken. “Solíamos cantar ‘World’s Fair’ y temas así. Fue Cole el que me metió de lleno en el negocio. Cuando Stranger y yo comenzamos a cantar sonábamos tan novatos que la gente pensaba que éramos el peor dúo de la ciudad. Sin embargo, Sir Coxsone oyó hablar de nosotros y nos llamó, así que hicimos ‘World’s Fair’ para él. Hice aquella grabación sin saber que Coxsone me estaba escuchando. Me llamó un día y me dijo: ‘nunca he oído a nadie como tu’. Me propuso cantar como solista, pero por aquellos días había gente como Owen Gray, Jackie Opel, Jackie Edwards, aquellos tíos eran tan buenos que cuando me dijo eso, le contesté ‘¿cómo puedo cantar con toda esa gente, con lo malo que soy?’ y me contestó ‘No. Esos chicos te suavizarán, te modelarán, porque eres joven’. Así que me mandó al estudio.”
“Estábamos seguros de tener un número uno con nosotros”, dice Dodd. “Siempre estaba ahí. Muchos de los discos que no se vendieron todo lo bien que deberían, eran auténticos hits en mi Sound System”. “Por aquellos días”, explica Ken Boothe, “tenias a los Wailers, los Claredonians, Delroy Wilson, Bob Andy y Marcia Griffiths... fue un privilegio para mí que Coxsone me mandara a Studio One y poder conocer a toda esa gente y hacer cosas juntos”.
La habilidad de Coxsone para ofrecer el tema adecuado al cantante preciso era legendaria. “Solía traer un montón de discos cuando venia de Nueva York y los repartía a los cantantes” cuenta Marcia Griffiths. “Le dio a Marley y a sus chicos discos de aquellos Impressions” dice Bob Andy, “mi primer disco de Bob Dylan me lo dio Coxsone”. Bob Andy escribió “I don’t want to see you cry” que Ken Boothe grabó en Studio One.
“Trabajar con tenacidad e imaginación suele desembocar en una buena idea de la que sacar una mejor canción” dice Dodd. “A veces lo que se necesitaba era un empujón. Ken no era muy buen letrista al principio, así que lo que hacíamos era obtener material por otros cauces”. Boothe cantó temas de Otis Redding, Wilson Pickett y Paul Simon, así como de Stranger Cole, BB Seaton y Roy Shirley, mientras mejoraba poco a poco como letrista.

“Lo que Coxsone hizo por nosotros fue darnos las premisas de Studio One, darnos libertad en el estudio. Hacíamos un montón de temas y luego nos sentábamos a elegir qué temas editar” contaba Jackie Mitto, al que Ken da mucho crédito. “Siempre pensé que era un gran vocalista” opina Coxsone de Boothe. “Y durante los años siguientes trabajé duro para él, porque estaba en Studio One por un número concreto de años y tomaba un tiempo convertirlo en una estrella, así que durante una temporada estuvo muy ansioso, preguntando por qué no triunfaba cuando todos a su alrededor lo hacían. Tuvimos una charla muy larga antes de empezar a hacer nada con él, vino al estudio y dijo ‘bueno señor Dodd, mire a todos esos tíos que no cantan como yo, triunfando, por qué?’ así que le dije, ‘tiene que haber algo en esas canciones que gusta a la gente. Creo que deberías averiguar qué es lo que tienen todos esos temas y escribir las tuyas en la misma dirección’. Y fue un buen consejo, porque después del éxito de “Puppet on a string” empezó a demandarse material anterior y a venderse bien. Ken escribió y grabó temas como “My Heart is gone”, “Time of decisión” o “Be yourself”. También escribió “Just another girl” que más tarde seria versionada por UB40.
Después de dejar a Coxsone, Ken Boothe siguió cosechando éxitos. Para Leslie Kong grabó el álbum “Freedom Street”, que incluía el clásico “Now I Know” escrito por BB Seaton, con quien formó la banda “Conscious Minds”.
“Conscious Minds era nuestra banda” dice Ken con orgullo. Solía tocar el teclado y cantar. El grupo editó singles para Soul Beat en Jamaica, y Big y Punch en Inglaterra. Boothe tuvo éxito en solitario con Sonia Pottinger (“Say you”, “Lady with the starlight”) y Keith Hudson (“Old fashioned way”). En Inglaterra se editaron bajo los sellos Groundation, Cactus, Torpedo y Bamboo. En Jamaica, hubo reediciones en siete pulgadas en Beverley’s, High Note, Federal, Hot Shot, Sun Shot, Giant, Hulk, Channan Jah, Starapple, y Wild Flower entre otros.
El álbum “Black, Gold and Green” fue el primero de los cuatro que produciría Lloyd Charmers, con el que Boothe canto los coros en “Rasta never fails” como The Charmers. El álbum contenía la versión de Boothe del tema de Bill Winters “Ain’t no sunshine”, un remake de “Thinking” y la bizarra “Second chance”, en la que la voz femenina que contesta a Boothe es ¡el mismo Charmers con voz de falsete! Su siguiente trabajo, “Let’s get it on”, contiene una de las primeras versiones de los Wailers, “African Lady”

El hit del siguiente álbum con Charmers, “Everything I own”, alcanzó el número uno en las listas inglesas en 1974 y “Crying over you” del mismo álbum alcanzó el 11. El último álbum de Boothe y Charmers, “Blood Brothers”, se editó en 1978 y contenía una de sus mejores canciones, “Silver words”. Como “Freedom Street”, los cuatro álbumes producidos por Charmers se editaron por Trojan en Inglaterra.
En los 80 y los 90, los singles de Ken Boothe se editaron en etiquetas como Anchor, High Times, Advance, Bun Gem, Blue Mountain, Mister Tipsy, Observer y People’s Records. Nunca ha dejado de grabar, pero ha sido recientemente cuando ha vuelto a los escenarios. Es como si toda la energía que ha acumulado a lo largo de los años necesitara salir. En varias ocasiones ha dado conciertos que derretirían el hielo, como aquellas viejas grabaciones del gran artista que sabemos que es Ken Boothe.

viernes, 15 de febrero de 2008

El 'ritmo orquídea' de Hugo Blanco

Leí hace un tiempo en varias reviews que ‘La banda pan-caribeña Ska Cubano establecía algo así como un nuevo hito en la fusión de músicas de esas latitudes.’ Con todo el respeto al grandioso sonido ska-son-cumbia de los del guiri Natty Bo, esto es una exageración, o una injusticia para con una de las leyendas vivas de la música venezolana, y uno de los más afamados intérpretes, compositores y productores de lo se llama con poca fortuna ‘Ska Ye-yé’ en medios hispanohablantes, o con la más acertada etiqueta anglosajona ‘Vintage Spanish Ska’. Hugo Blanco fue uno de los primeros en combinar, con éxito internacional como demostrarán estas líneas, los ritmos criollos con las músicas predominantes en los circuitos comerciales. De este modo Venezuela y Jamaica comparten, como veremos, algo más que un pasado indígena Arawak.

Nacido en Caracas un 25 de septiembre de 1940, se crió en un entorno muy musical, sobre todo de la mano de su tío José Manzo, compositor y arreglista. Creció escuchando ópera, merengue, los clásicos venezolanos, los fantásticos mambos de Pérez Prado o los temas para bailar de Luis Alfonso Larraín. Cuando sólo contaba con doce años, el inquieto Hugo ya había ahorrado, del dinero que sus familiares le daban, suficiente para comprar un viejo cuatro por la irrisoria cantidad de 15 bolívares. Un cuatro es un instrumento musical similar a la guitarra pero con cuatro cuerdas en lugar de seis, de origen renacentista y elaboración arcaica, normalmente en maderas de baja calidad, excepto el diapasón, por razones de durabilidad. Sí, yo también tengo diccionario. Esa misma noche, ya compuso su primera canción. Sorprendidos por su talento natural con las cuerdas, y su capacidad de imitación de todos los músicos que escucha en la radio (y por qué no decirlo también, por la popularidad que sus capacidades le habían ganado entre las féminas de su edad), su tío insiste en que se centre en los maestros de ese instrumento. Una vez dominado, se decidió a aprender a tocar el arpa, pues lo consideraba más versátil y de sonido más fino. Además un vecino suyo tenía uno y podía pedirlo prestado. Fue en estos años cuando comenzó a interesarse por los ritmos autóctonos del Caribe: En esos tiempos casi no había conjuntos de música criolla, pero Hugo formó junto a unos compañeros uno en el Liceo Aplicación, obteniendo bastante éxito en el medio estudiantil, y ninguno en ventas con su único larga duración ‘Arbolada’. Con ayuda de su tío y del también músico Francisco ‘Gonzalito’ González, fue ganándose un nombre como hábil intérprete de lo que los ingleses llaman strings. Es decir, todo el abanico de instrumentos de cuerda. Grabó varios LPs para diversos estudios de la capital, como Grancko o el Palacio de la Música. Era por aquel entonces, junto con ‘Chelique’ Sarabia, la mayor promesa de la música caraqueña.

No había llegado a la mayoría de edad cuando el éxito llamó a su puerta, con la que es sin duda la melodía venezolana más famosa de todos los tiempos: ‘Moliendo Café’. Él mismo nos comenta cómo se gestó el hit: “Me sucedió una vez que, luego de escuchar el sonido que emiten las claves, me provocó incorporarlo a un ritmo que yo había creado; el ‘ritmo orquídea’. Aunque era la fusión de muchas músicas caribeñas, los músicos que me acompañaban en los ensayos pensaban que yo estaba loco por meter un sonido de corte cubano en la música criolla. Al final lo hice porque me gustaba…’. Muchas veces le han preguntado el porqué de ese título: ‘…resulta que el ingeniero de sonido con el cual yo trabajaba tomó la frase café molido de una lista de la compra que tenía a la mano. Este título no me desagradó, el único cambio que hice fue darle un poco de movimiento, hasta llegar a ‘Moliendo Café’. Como Hugo era menor, no podía registrar el tema a su nombre, así que fue su tío José Manzo el que lo hizo, y hasta hoy se mantiene la polémica sobre si fue Hugo sólo o fueron los dos los que compusieron el tema. En cualquier caso, el tema vio la luz en el sello Palacio, con los nombres de ambos en los créditos. La melodía de esta gran instrumental atrajo la atención de la famosa vocalista chilena Mona Bell, quien le pidió la letra para cantarla, y al confesar éste que no la había, se dirigió a Hugo Blanco en estos términos: ‘No sé que vas a hacer, pero me le haces una letra, porque este tema es hermosísimo, nostálgico y muy bello. Espero por ti’. Así que hubo que improvisar de un plumazo la letra que hoy conocemos, y que han cantado más de 800 artistas, desde Julio Iglesias hasta Lucho Gatica, aunque uno personalmente se queda con dos, la de Malarians porque la cabra tira al monte, y sobre todo la fantástica adaptación de Nat ‘King’ Cole. Ahí va la letra:


Cuando la tarde languidece renacen las sombras
y en la quietud de los cafetales vuelven a sentir
esta triste canción de amor de la vieja molienda
que en el letargo de la noche parece decir.

Una pena de amor y una tristeza
lleva el zambo Manuel en su amargura,
pasa incansable la noche moliendo café.


La tarde paso tranquilo en mi cafetal,
recuerdos, sueños, yo te perdí, mi vida,
mis penas ahogo moliendo café.

Una pena de amor y una tristeza
lleva el zambo Manuel en su amargura,
pasa incansable la noche moliendo café.


El éxito de ‘Moliendo Café’ le llevó a recorrer con su banda toda Latinoamérica y después por Estados Unidos, siguiendo los pasos del afamado Alfredo Sadel, que había logrado un contrato para trabajar con la Metro Goldwin-Meyer. Una gira pan-americana que, a mediados de los 60, pasó por la isla de Jamaica. Allí quedó prendado el joven Hugo de los sonidos que triunfaban en la isla, y especialmente, como él mismo asegura, de Byron Lee y sus Dragonaires, Desmond Dekker y Jimmy Cliff. Y por supuesto conoció como trabajaban productores de la talla de Coxone Dodd, Duke Reid o Edward Seaga. A pesar de no tenerlas todas consigo, sobre todo por el cambio de tempo que suponía la música criolla, en general de 3 tiempos, en la música que triunfaba en el momento tanto en Venezuela como en el resto del Caribe, siempre de cuatro, decide montar la primera banda de música ska-reggae de Venezuela, y lo hace apostando por los cuatro hijos del pianista de una famosa banda llamada Billo’s Caracas Boys, de nombre Pat O’Brien.




Los cuatro hermanos O’Brien eran Kenny y Gary – guitarras y coros -, Brenda – batería y voz - , y Marlene – bajo y voz -. En un principio se llaman The Four Coins, pero al cabo de un tiempo Hugo pensó que dado que la banda iba a ser la primera en cantar en castellano, debería tener un nombre ad-hoc, y de ahí el cambio a Las Cuatro Monedas. Se unían de este modo a la corriente musical iniciada por Toño Quirazco, y seguida por muchos otros como Los Yorsy’s, Ronni Montalbán, Ely Combo o incluso Los 3 Sudamericanos. Si bien en su repertorio también había mucho soul, sin duda con los Jackson 5 y el sonido Motown como referente, Hugo Blanco siempre quiso llevar a Venezuela esa ‘energía positiva que el ska y el reggae proyectaba’. Debutan con el LP ‘Las 4 Monedas a Go Go’ (1968), seguido de dos secuelas (Vol.2 y Vol.3) al año siguiente. En 1973 se une el pequeño de la saga, Gregory, como voz principal, en el LP “Las Cuatro Monedas presentan a Gregory’. No es que se devanara los sesos con los títulos de los discos el bueno de Hugo…Tuvieron bastante éxito, y se dice que compartieron escenario hasta con la mismísima Lola Flores. Gran bolo ese, ska goes arriquitaun...En todos esos trabajos revisan clásicos como ‘La Balsa’, que es para muchos el tema con el que da comienzo el rock argentino, o el superclásico de Otis Redding ‘Respect’. Pero sus mayores éxitos son los que toman ritmos sincopados, como ‘Ritmo del Alma’, versión del ‘Soultime’ de Byron Lee, la de ritmo pegadizo ‘Caminando Por La Calle’, pero por encima de todo dos versiones como ‘Buena Suerte’ (el ‘Shanty Town’ de Desmond Dekker), ‘Lo Consigues Si Lo Quieres Tú’ (‘You can Get It If You Really Want’ de Jimmy Cliff), o el calipso popular ‘Shame & Scandal In The Family’. Se presentaron a varios concursos, con gran éxito. ‘Yo Creo en Dios’ venció en el Festival de la Canción de Barcelona en 1969, En 1975 ganan el X Festival de Canción Venezolana con ‘Me duele decirlo’ y en el 1976 quedan segundos en la OTI (¿ganaría Francisco?) con ‘Soy’. Esta moda que se dio en llamar ‘Nueva Ola’ fue más bien una única ola, pero en el recuerdo quedan todos estos buenos temas, y aún hoy los podéis escuchar en numerosos saraos jamaicanos, souleros o musicalmente desorganizados, que son los más divertidos. Un género muy agradecido éste del Vintage Spanish Ska, pero del que no conviene abusar en mi opinión, pues resulta a veces empalagoso.


Volviendo a Hugo Blanco, y tras el enfriamiento de esa especie de fiebre de lo jamaicano, siguió componiendo y produciendo jóvenes valores de la escena musical venezolana, en especial junto al cantante Simón Díaz, y a su hermano humorista, José Díaz. Contrajo matrimonio con Ana Isabel Aranguren, con la que tuvo tres hijos varones, Hugo David, Hugo César y Hugo Raúl (así era más fácil llamar a todos a comer…). Seguramente esta paternidad le ayudó a arriesgar en el mercado de la música infantil, primero con un grupo llamado ‘La Rondallita’, y después con ‘Los Hijos de Ñá Carmen’. El ‘ritmo orquídea’ siempre presente, por supuesto. Una grave enfermedad renal, que a punto estuvo de terminar con su vida, lo apartó de su prolífica actividad, y hoy día vive un plácido retiro, plagado de reconocimientos, premios, buenos recuerdos y sobre todo, con un legado musical del que estar orgulloso. Grande Hugo!

martes, 22 de enero de 2008

Reggae Recipee: Green Room Rockers - Hoosier Homegrown



Ingredientes: Varias mazorcas de maíz enteras, un bote ‘king size’ de crema de cacahuete, limonada casera, ska, reggae y mucho soul.

Hay que admitir que los Estados Unidos están al frente de la manduca jamaicana hoy en día. No hay más que echar un vistazo al repaso que hace poco dimos, y cuando creíamos tenerlo todo controlado, aparecen estos tipos. Olvídense de New York, de Los Ángeles, de Chicago. Green Room Rockers crecieron en los interminables sembrados de Indiana, y claro, en su mesa no abundan los elaborados platos ‘cheesy’ de las metrópolis, sino ingredientes cien por cien naturales, y las raciones son como las de antes, copiosas. Y es que no hay nada como comer en casa de la abuela. Porque en su cocina, a pesar de ser blancos como granos de arroz, entra toda la fuerza del soul americano de toda la vida, el de Otis, el de Marvin Gaye, el de Diana Ross, aunque con instrumentación más propia de unos Upsetters o unos Rudies que de una banda americana. Vaya noticia, dirán, otro grupo más de reggae-soul americano. ¿Quieren repetir postre? Oigan también sus skas y luego me cuentan. Como único punto débil, de momento, la sección de vientos, aunque no descarto que sea una fijación personal infundada, porque uno sólo sopla en el bar, a 1,20€ la caña. Acaban de sacar un CD autoproducido en un fantástico formato digipack, pero en lo que lo consiguen, vayan abriendo boca en su myspace: http://www.myspace.com/greenroomrockers ...manteca pura!

lunes, 21 de enero de 2008

The Versatiles: el trío vocal olvidado

Kingston, Jamaica, año 1968. Cada lunes por la noche había que ir a bailar a uno de los soundsystems que dominaban la ciudad. Un nuevo sonido que se había dado en llamar rocksteady había entrado con fuerza, y sus líneas de bajo dominan las pistas que tan sólo hace dos años eran testigo del frenético auge del ska. A los platos, afamados deejays como Count Matchuki, King Sporty, Lord Comic o King Stitt seleccionaban lo mejor de las factorías de sonido de sus jefes, ‘Coxone’ Dodd, ‘Duke’ Reid o Prince Buster. De la aguerrida y en ocasiones violenta competencia entre los dos grandes surgió un sonido claramente definido, y vocalistas de la talla de Alton Ellis, Delroy Wilson o Ken Parker fueron coronados como los reyes del nuevo estilo. Sin embargo, la tradición jamaicana en lo que a formaciones se refirió siguió inamovible. Puede decirse que prácticamente todas las grandes bandas jamaicanas han contado con un trío vocal al frente. Nos podemos remontar a The Wailing Wailers, con Peter, Bunny and Bob, los Paragons del inigualable John Holt, los Gaylads de BB Seanton o los fantásticos Pioneers, y podríamos continuar con Ethiopians, o Gladiators, llegando a Black Uhuru. Todos son nombres que forman parte de lo mejor de la música popular de aquella isla. Ante un prolífico aluvión de sellos, productores, intérpretes, músicos y bandas, es normal que muchas de ellas hayan quedado en el olvido, no adquiriendo más notoriedad que la de aparecer en alguno de esos míticos sellos que hoy en día se coleccionan a precios unas veces ajustados, otras muchas desorbitados. Uno de los chicos que acudían a estos bailes era Junior Byles, junto a sus amigos de siempre Louis David y Dudley Earl.


THE TIME HAS COME principios de 1968

Como siempre les había gustado imitar a sus ídolos, decidieron, como tantos otros, probar suerte. El nombre, The Versatiles, provenía del antiguo nombre de los famosos Fifht Dimension, quinteto vocal que acompañó a Ray Charles mediados los sesenta. Por supuesto que nunca confirmaron este punto, al igual que otras muchas bandas jamaicanas. Dos voces, una aguda y otra grave, sobre las que se imponía un líder más técnico y de tono reconocible. De este modo se presentaron ante un extraño ingeniero de sonido llamado Lee Perry, que en esa época trabajaba en el estudio de Joe Gibbs. En seguida reconoció en la voz de Byles un diamante en bruto, así que decidió abrirles la puerta. Consiguió que grabaran para el recién estrenado sello Amalgamated un corte de nombre ‘You Just Can’t Win’ (AMG-802), con ‘Sometimes (I Sit Down And Cry)’ de The Leaders en la cara B, ambas con los Jets de Lynn Taitt como banda de acompañamiento. Un rocksteady templado con buenos coros que pasó sin pena ni gloria. No tardarían mucho en sacarse la espina porque ese mismo año sacan la espídica ‘Trust The Book’ como cara B del single de Mellotones ‘Fat Girl In Red’ (AMG-812), que es para mí uno de sus mejores temas. Esta sí convenció a Gibbs, que propuso presentarlos al Jamaican Festival Song Competition aquel año, tras comprobar el espaldarazo que este premio daba a sus vencedores, como había sucedido en las dos ediciones anteriores, con ‘Bam Bam’ de los Maytals en 1966 y ‘Baba Boom’ de los Jamaicans, un año después. Participaron con la que se convirtió en santo y seña del trío: “The Time Has Come”, una vieja composición que Byles tenía en mente desde mediados de los 60. Aunque el premio se lo llevó Desmond Dekker con la magnífica ‘Intensified’, fue elegida entre las cinco mejores, por lo que Gibbs decidió incluirla como cara B del single AMG-826 junto a ‘Tickle Me For Days’ de los Pioneers. Es una canción alegre y pegadiza, rocksteady primerizo, de inolvidable estribillo: “The time has come once again / Let's get together, my friends / Now you for me, then me for you / Just like the children do”. El ‘Time’ convirtió a The Versatiles en uno de los grupos fijos de Amalgamated, compartiendo estudio con Hippy Boys, Nicky Thomas, Errol Dunkley...
Podeis encontrar esta pedazo de canción en formato digital en el fabuloso recopilatorio de Trojan ‘Joe Gibbs Mood: The Amalgamated Label:1968–1971’, y por supuesto en el doble CD que la discográfica británica dedica a los mejores temas de este peculiar eurovisión jamaicano, ‘Ba Ba Boom: Musically Intensified Festival Songs’. El ‘Trust The Book’ lo teneis por ejemplo en el ‘Trojan Rocksteady Box Set’ o en otra gran recopilatorio ‘Joe Gibbs And Friends: The Reggae Train’, mientras que el ‘You Just Can’t Win’ solo lo he escuchado en ‘A Jackpot Of Hits: Explosive Rocksteady’ de City Hall. En vinilo, los originales de Amalgamated son prohibitivos, pero Sanctuary/Trojan está reeditando algunos de los mejores temas en la colección Selecta’s Choice, así que a ver si hay suerte.


CHILDREN GET READY finales de 1968

Si por algo son conocidos los Versatiles es sin duda por pertenecerles el primer single del que es quizás el sello más representativo (excesivamente a mi modo de ver) del sonido boss reggae, el subsidiario de Pama, Crab. Hablo de ‘Children Get Ready / Someone To Love’ (CRAB 1), de ese mismo 1968. Un tema adelantado a su tiempo, que recogía la estela del ‘Time Has Come’, y que se popularizó en Gran Bretaña un año más tarde al aparecer en el recopilatorio ‘Reggae Hits 69’, de la nodriza Pama Records.

También ocupan el número 5 del mismo sello, con ‘Spread Your Bed / Worries A Yard’ (CRAB 5), con sus correspondientes rediciones en Pama y posteriormente Trojan. Estos cuatro temas son recurrentes en muchas sesiones, pero más allá del misticismo del sello del cangrejo, corremos el riesgo de dejar a un lado otro de sus grandes temas de ese año, de nombre ‘Teardrops Falling’, que es un rocksteady grave y pesado, cuya melodía se va deshaciendo en los sostenidos de la voz de un Junior Byles soberbio.
Muchos son los recopilatorios que incluyen las dos caras A de estos singles: Aparte del LP original ya citado, se puede encontrar el ‘Children’ a buen precio en ‘Reggae Pressure: Boss Sounds 1969-1970’ de Trojan, y en el Trojan Skinhead Reggae Box Set el ‘Spread’. También encontraremos en otra de esas cajitas el ‘Worries A Yard’, concretamente en el Rarities Box Set. ‘Teardrops Falling’ fue afortunadamente incluida en Trojan Rocksteady Box Set.

PUSH IT IN Año 1969

Quién sabe si por coincidencia o por evidencia, el año 69 trajo una pequeña fiebre por las canciones con temática sexual. En este campo, The Versatiles adaptó varias de sus melodías a letras picantes, resultando de ello un gran éxito, ‘Push It In’ y un sonoro fracaso ‘Lu Lu Bell’. El primero apareció junto al horrible ‘Wreck A Buddy’ de las Soul Sisters, mientras que el segundo se acompañaba de la fantástica (y de nuevo olvidada) ‘Long Long Time’, ambos siete pulgadas de nuevo en Amalgamated (AMG-839 y AMG-854). Especialmente buena esta última, en ese estilo acelerado tan reconocible, y con unos desenfadados coros a modo de estribillo. El ‘Push It In’ sonó muchas semanas en soundsystems y clubs de Kingston y sobre todo de Londres, y es uno de los temas más conocidos de esa fiebre del reggae cochinete.

Si quereis un buen recopilatorio sobre esta peculiar moda, estoy obligado a recomendaros la serie ‘Adults Only’ de Pama, y sus posteriores ediciones en CD de Trojan. También interesante en este sentido es el Trojan X-Rated Box Set, aunque éste último abarca más estilos y épocas. Para escuchar ‘Lulu Bell’ tendreis que comprar otro fantástico recopilatorio: ‘Reggae Jeggae: 1968-1969’, editado por Joe Gibbs Europa bajo el sello Crazy Joe. ‘Long Long Time’ aparece en el ya citado ‘Joe Gibbs Mood: The Amalgamated Label’.


GIVE IT TO ME Años 70

En 1970 Junior Byles dejó el grupo para iniciar una carrera en solitario. Su inestabilidad emocional hizo de él una estrella intermitente, a la que las extravagancias de Lee Perry no ayudan. Los huérfanos Versatiles marchan a Londres a trabajar con Laurel Aitken para su sello Nu Beat. Allí graban ‘Pick My Pocket’ que se editó junto a un corte de Freedom Singers llamado ‘Freedom’ (NB060), así como un par de temas con el propio Aitken, bajo su seudónimo Tiger, ‘Give It To Me’ y ‘Hot’ (NB 076), en 1970 y 1971, respectivamente. La primera apareció en el recopilatorio de Pama ‘Straighten Up’ (que se creó para competir con la serie ‘Tighten Up’ de Trojan), en un intento por relanzar la carrera del grupo. Recibidos con indiferencia, retornaron a Jamaica y a Perry, para grabar en el flamante estudio Black Ark. Allí su sonido se convierte en el del genial productor, y los Versatiles pierden su identidad, pasando a ser una especie de coristas del estudio y apoyo de sus estrellas, entre las que curiosamente está el propio Junior Byles. De esa época hay un buen puñado de temas, entre los que cabe destacar ‘The Thanks We Get’, ‘Warricka Hills’ y sobre todo ‘Cutting Razor’. Pero el reggae era otro, y los nombres y los hombres cambiaron, no dejando del trío vocal más que el recuerdo y un buen puñado éxitos pasados.Sin más me despido de momento, con la satisfacción de haber intentado hacer justicia a uno de los tríos vocales más injustamente olvidados de Jamaica, y si no, al menos, para ganar adeptos entre sus pocos pero agradecidos seguidores.


Larga vida al sonido versatile!

miércoles, 9 de enero de 2008

Futuros mitos: Roger Rivas

Que cualquier tiempo pasado fue mejor es algo que se escucha en todos los ámbitos, incluso en el reggae. Artistas cuyas grabaciones podemos encontrar fácilmente en vinilo son venerados con extremo, mitificados, alabando cada una de las notas que producían sus respectivos instrumentos. Esta actitud, lejos de ser censurable, en ocasiones venda los ojos a lo que acontece hoy día, la aparición de nuevos y futuros mitos que dentro de quince o veinte años lamentaremos no haber visto más veces en directo.

Este es el caso que nos ocupa, y es que en verano de 1981 un futuro mito -o Mittoo, que de las dos formas se le podría denominar- vio la luz en la soleada California. Roger Rivas Jr. desde bien pequeño creció rodeado de música, fundamentalmente funk y soul, de un modo tremendamente directo. Su padre, Roger Rivas Senior, estaba increíblemente involucrado en la escena de Los Angeles, gracias a la banda en la que tocaba los teclados, “Tierra”, con lo que el pequeño Roger tuvo la suerte de poder criarse en los backstages.

En el colegio, el ya jovenzuelo Roger descubrió lo mismo que prácticamente todos nosotros en la preadolescencia: el 2-tone. Bandas como Madness o The Specials fueron el detonante que le llevaron a comenzar su “carrera” musical. En el colegio todo el mundo tenia una banda, así que él no iba ser menos, formando una pequeña banda que tocaba los éxitos del ska británico de los 80. Pero pronto haría un nuevo descubrimiento, el meollo de la música jamaicana. Prince Buster, Derrick Morgan... toda la plana mayor de “los míticos” del panorama musical jamaicano de todos los tiempos, por lo que al acabar el instituto el ya adolescente Roger ha abandonado el 2-tone y ha probado aquí y allá diferentes proyectos.

Uno de esos proyectos –The Vessels, ¿les suenan?- le abrió las puertas de Heartbeat Records gracias a una buena amistad con Chris Wilson, su mayor responsable. Wilson apuesta fuerte por Roger desde un primer momento y rápidamente lo convierte en miembro fijo de la banda de apoyo de los solistas que recaían en Los Angeles. Así rápidamente Roger pudo codearse en los escenarios con gente como Alton Ellis, Derrick Morgan, Prince Buster, Rico... y colaborando con todo tipo de bandas de la escena californiana, desde No Doubt hasta Rancid.


Un buen día en el año 2002, Derrick Morgan recaló en Los Angeles, y Rivas junto con otros músicos de la escena de L.A. formaron su banda de apoyo. El sonido de aquella noche fue inmejorable, grabándose incluso después algunos temas en estudio con Morgan, grabación que jamás vería la luz. Sin embargo aquel puñado de tíos encajaban musicalmente de forma inmejorable, y sin querer el proyecto estaba en marcha. Jesse Wagner al micrófono, Brian Dixon, de See Spot, en la guitarra, Roger Rivas al teclado, que venía de The Vessels junto a J. Bonner, que se ocuparía del bajo, y cerrando el combo, Korey Horn en la batería, acababan de dar forma a The Aggrolites.

The Aggrolites maduró rapidamente como banda, tomando protagonismo en las composiciones tanto los teclados de Roger como la voz de Jesse, muy por encima de lo que lo hacen los vientos en otras bandas, con un resultado espectacular. Apenas un año después de aquella primera actuación juntos, editaron su primer LP, “Dirty Reggae”, al que le seguirían otros dos, “The Aggrolites” en 2006, y “Reggae hit L.A.” en 2007.

El éxito desmesurado de The Aggrolites lo ha convertido en el proyecto principal de Roger Rivas, aunque no el único. Cuando no está de gira o en el estudio, Roger suele llevar sus vinilos cargados de funk y soul por todos los clubes de Los Angeles. Su devoción tanto por la música jamaicana de toda clase como por el funk y soul americanos se traduce en una fuerza musical desmesurada tanto en el estudio como -especialmente- en directo. Sin duda con el tiempo se convertirá en un nuevo mito, o tal vez en un nuevo Mittoo.