lunes, 14 de abril de 2008

Edward Seaga; Música, política y violencia.


Con menos de un diez por ciento del total de población, la minoría blanca siempre ha dominado Jamaica a nivel político y económico. Desde tiempos coloniales, pero también una vez conseguida la independencia de la metrópoli británica, unas pocas familias han decidido los destinos del resto de la población. Una de esas familias lleva el apellido Seaga. De origen libanés, se instalaron en Kingston donde prosperan económica y socialmente. Así, cuando nace Edward un 28 de mayo de 1930, la familia vive en una zona acomodada de la capital. Recibe educación clásica al estilo británico en el Wolmer’s Boys’ School para ser posteriormente admitido en la prestigiosa universidad estadounidense Harvard. En 1952 se gradúa en Ciencias Sociales.

De vuelta en Jamaica, va a compaginar sus dos grandes pasiones, la música y la política. Nadie mejor que él mismo para explicar cómo se gestó su incursión en el mundo del vinilo. En una entrevista con Aad van der Hoek en 1995, explicaba:

“Entre 1952 y 1955 realicé algunos trabajos de campo bajo la supervisión del Instituto de Integración Económica y Social. Uno de ellos consistía en producir tres álbumes de motivo cultural: ‘Folk Music In Jamaica’, ‘Frats Quintet’ y ‘The Silver Sead Calypso Band’. Tuvieron notable éxito así que me propusieron producir otras canciones de música popular jamaicana, y así es como me introduje en el negocio de la música”.

Seaga creó en el número 13 de Bell Road, Kingston, una planta de producción discográfica, que incluía salas de grabación y de prensado. Había nacido la West Indies Recording Limited, o lo que es lo mismo, WIRL Records. Corría el año 1958. Se convirtió en representante de las empresas discográficas norteamericanas (Atlantic, Columbia, Imperial...), y como no, produjo música autóctona, escrita y grabada por y para los jamaicanos. El primer éxito en este apartado fue “Oh May Oh” de Higgs & Wilson.

Rápidamente comenzaron a grabar grandes nombres de la música jamaicana. Eric ‘Monty’ Morris grabó en 1964 el clásico “Sammy Dead”, con los Dragonaires en los instrumentos. Un gran éxito que lo catapultó hacia la muestra mundial de cantantes celebrada en Nueva York en agosto de ese mismo año. De este modo la música jamaicana se daba a conocer internacionalmente, antes de Millie, antes de Desmond Dekker, mucho antes de Bob Marley.

La preferencia de Seaga por los músicos de lo que él llamaba ‘Folk Jamaicano’ se refleja en sus producciones a Llans Thelwell y a Lord Jellicoe. El primero, junto a sus inseparables Celestials, tenía amplia experiencia en hoteles, compitiendo con bandas como la de Carlos Malcolm, la de Byron Lee o la de Lynn Taitt. Tocaban un gran abanico de estilos musicales, desde calypso a rhythm and blues, y también la fiebre del momento, el ska. Por su parte, Jellicoe era una figura consagrada en el calypso cuando grabó para WIRL, en junio de 1966, ‘Lord Jellicoe At The Sheraton’. Un LP mítico, con doce temas del tamaño de “Island In The Sun”, “Shame And Scandal”, “Wings Of A Dove” o “Big Bamboo”.



WIRL también grabó con grandes vocalistas como Roy Shirley (“Give Me Back My Diamond Ring”, 1965). No dio el fruto esperado, pero dejo constancia de su gran voz, con la que triunfaría unos años después con “Hold Them”, o con los Uniques. Otros talentosos que pasaron por el 13 de Bell Road fueron Lloyd & Glen, Winston Francis, Lord Comic (que para muchos es el primer deejay jamaicano) o Davis Isaacs. Pero si hay que resaltar un nombre, en seguida surge el de Byron Lee. Todo un genio musical, cuyas composiciones musicales de ska rivalizaron con las de los mismísimos Skatalites a mediados los sesenta. Grabó uno de los primeros hits de WIRL; “Dumplings”. Otras canciones suyas, como “Frankenstein Ska” o “Joyride” desgastaban tanta suela como los mayores éxitos de los genios de Alpha Boys.

Retomando la vida de Seaga, hay que decir que no produjo directamente la mayoría de estos éxitos, puesto que en 1962 fue elegido Senador por el distrito de Kingston Oeste. Seaga había entrado en política en 1959 cuando Sir Alexander Bustamante, fundador del partido laborista jamaicano (JLP), lo puso a trabajar con él en el Senado jamaicano, en asuntos judiciales. Sus obligaciones políticas le obligaron a delegar el trabajo de WIRL en George Benson. De todos modos siempre estuvo cerca del estudio, supervisando, colaborando, o disfrutando de las grabaciones.

En 1963 es elegido Ministro de Desarrollo, cartera de capital importancia en un país con las deficiencias sociales de Jamaica, en los sesenta y ahora. Una de sus primeras actuaciones como tal fue crear el Jamaican Festival Competition, donde había varias competiciones culturales de diversa índole, como el Festival Song Competition o el Pop ‘N’ Mento Contest. La idea era llevar la cultura rural y popular al conjunto de la sociedad jamaicana, preservándola y dotándola de cierto prestigio. Se celebró en Tivoli Gardens (Kingston) y participaron las estrellas del momento: Jimmy Cliff, Marcia Griffiths, Toots & The Maytals, Ken Boothe, Slim Smith, Stranger Cole, Prince Buster... Otra actuación de Seaga fue contratar bailarines para que fueran a los clubes a enseñar a la gente cómo se bailaba el ska.

El trabajo en WIRL continuó hasta que un incendio en 1968 devastó el local. Byron Lee decidió reconstruirlo, así que se lo compró a Seaga. En mayo de 1969 el local se convirtió en centro de operaciones de Dynamic Sounds. Byron dijo de Seaga: “Era el mejor productor que jamás tuve. ¡Siempre pagaba!”.

Una vez abandonada la primera fila musical, aunque colaborando activamente en la promoción de la cultura popular, se centró en su carrera política. En 1974 fue elegido líder del JLP. Una época convulsa en la que los grandes partidos del país, laboristas y socialistas del Partido Nacional del Pueblo (PNP) resolvían sus disputas a tiros por las calles y pueblos de Jamaica. Cada periodo electoral se transformaba en una sangría inagotable, sobre todo desde que en 1972 se hiciera con el poder el socialista Michael Manley.

En 1976, un grupo de músicos liderados por Bob Marley, decidieron hacer algo para restaurar la paz social. Su proyecto era un macroconcierto llamado ‘Smile Jamaica’, que se fijó para el 6 de diciembre en el National Heroes Park de la capital jamaicana. Surgieron en seguida voces de protesta y acusaciones de colaboracionismo entre Marley y el PNP. El vocalista de los Wailers le debía un favor al Ministro de Vivienda del PNP por la concesión de éste de una vivienda para su esposa Rita y sus hijos en la localidad de Bull Bay. Marley continuó con el proyecto, rechazando las acusaciones y reafirmando sus intenciones de paz y unidad. No debió convencer a los simpatizantes del JLP, pues pocos días antes del evento, unos individuos entraron en la finca de Bob Marley y dispararon contra él y contra su manager, y contra Rita y varios amigos cuando trataban de escapar en coche. Milagrosamente, nadie resultó herido, aunque todos debieron pasar por el hospital. El asalto fue atribuido a órdenes directas de Seaga, e incluso se señaló la autoría de miembros de la CIA (opción nada descabellada dados los precedentes en Panamá o en Cuba). No se pudo demostrar nada. Pero tampoco detuvieron el concierto. Marley, que creía haber sido salvado por gracia divina estaba dispuesto a tocar. Sin embargo otros artistas se cayeron del cartel. Bunny Wailer y Peter Tosh se negaron a participar pos las implicaciones políticas del evento. Tosh declaró: “Yo no quiero paz, quiero justicia”. También Third World tuvo que sustituir a Burning Spear. Al final del concierto, Marley bailó una danza tribal etíope y mostró al público sus heridas. No hubo incidentes. La música se imponía a la violencia, por una vez.

El episodio lo zanjó el propio Bob Marley en 1978 forzando un saludo en pleno escenario entre Edward Seaga y Michael Manley.

En 1980, los laboristas barrieron en las elecciones a la presidencia, con lo que Seaga iniciaba un mandato ininterrumpido de nueve años. Una vez terminado este periodo, se apartó del primer plano político, dedicándose a retomar sus actividades en diversas organizaciones económicas y de desarrollo.

Hoy día vive una vejez tranquila, jugando tenis y criquet, pero sobre todo entregado a dos pasiones. Una nueva, la botánica, y otra de siempre, la música. Es uno de los mayores coleccionistas de música popular jamaicana.

1 comentario:

BlackSoul dijo...

Gran Artículo!!!

Justamente he estado realizando recientemente un trabajo sobre la Historia de Jamaica y su música. Solo quería, si no recuerdo mal, es que el trabajo realizado entre 1952 y 1955 formaba parte de su tesi doctoral en antropología para Harvard, donde registro cultos rurales jamaicanos como Kumina i Obeah. Pero al ver que los gustos de jamaica iban por otro lado fue cambiando sus orientacónes para poder tener exito.
Lo que no sabía era su posible vinculación en la violencia desatada en Jamaica, pero la verdad es que tampoco me estraña.

Ahh y si puede ser me gustaría saber de donde sacaís la información, para poder-la utilizar para futuros trabajos.

Muchas Gracias, por la labor que realizais, seguid así.